Teek Paal Kó
Muchos los confundieron con sirenas porque nunca los habían visto. Los mayas creían que si el manatí nadaba contra-corriente las sequías llegarían.
Cuando Cristóbal Colon llegó al nuevo mundo miró en el mar a unos animales que jamás había visto y los confundió con sirenas. Eran los manatíes que le daban la bienvenida. Porque el Teek paal kó (manatí niño del mar) no conocía todavía la maldad del hombre. Esta es la leyenda del teek.
La llegada de Teek Paal Kó
En la isla maya de Cuzamil (hoy conocido popularmente como Cozumel) vivía la tribu Kohunlich, hombres y mujeres tranquilos, trabajadores y muy felices porque disfrutaban lo que la tierra y el mar les proporcionaban.
Latribu era gobernada por el cacique Nachán Can y tenía una hija Zazil Há a la que le encantaba nadar en el mar. Un día cuando estaba buscando conchas en el fondo del agua vio a un extraño animal, que se encontraba atrapado en una de las redes de los pescadores.
Como era muy cariñoso, dócil y pequeño la princesa lo liberó y lo llevó a Chactemal (lugar donde bajan las lluvias) y que ahora conocemos como la Bahía de Chetumal en el estado de Quintana Roo.
Era un bebé manatí al que llamaron Teek Paal Kó porque parecía un niño juguetón, y dejaba que todos los de la tribu disfrutaran de su presencia y compañía. Ya sacaba su cara rechoncha para verlos, ya salpicaba el agua para mojarlos.
Creció y se convirtió en Mato, el magnífico
Teek Paal Kó comenzó a crecer y muy pronto su tamaño fue mayor que las canoas de los pescadores, por eso el cacique Nachán Ca lo fue a ver y quedó tan sorprendido por la dulzura del animal que solo gritaba “mato, mato, mato”, que en la lengua maya significa Magnífico. Por eso se dice que se llama manatí.
Los niños de la tribu jugaban todos los días con Teek, el noble animal salía del agua y se acercaba a la orilla para que pudieran subir en su lomo y pasearlos por todo el mar. Era como otro niño más de la aldea.
El manatí se comunicaba con los niños mediante un chillido como de bebé, porque los manatíes no poseen cuerdas bucales.
Teek Paal Kó fue abandonado.
Pero un día, unos hombres de vestimenta extraña llegaron del mar, eran los conquistadores españoles que sometieron al pueblo de Zazil Há, aunque opusieron resistencia y pelearon. Los Kohuinlich huyeron hacia la selva vencidos por las armas de fuego de los extranjeros.
El manatí se quedó solo, su llanto se escuchaba hasta donde Zazil Há y su tribu estaban. De sus ojos salieron dos lágrimas. Y una tarde cuando comía yerbas a la orilla, uno de los conquistadores se acercó a Teek Paal Kó, y como estaba acostumbrado a las caricias de los indios siguió comiendo tranquilamente. Nunca espero que ese extraño le arrojara una lanza.
El manatí descubrió ese día que no todos los hombres eran iguales. Por eso desde ese momento, temeroso de que le hicieran daño, decidió vivir bajo el agua, solo salía a la superficie para respirar.
Volvió a su lugar de origen. Y un día se desató una terrible tormenta, el cielo se oscureció, el río que comunicaba a la laguna con el mar se desbordó y Teek Paal fue arrastrado por la corriente. Pero una figura muy parecida a él se le acercó ¡era su mamá!, Una enorme manatí a quien la diosa Izt Chel (diosa de la fertilidad y la luna) había mandado para rescatarlo.
La manatí abrazó y protegió a su cría como lo hace una mujer con sus hijos. Le ayudo a salir y nunca más se le volvió a ver. Había regresado a su lugar de origen, donde nada y aunque sigue siendo noble ya no se acerca a los humanos.
El hombre, el peor depredador 🙁 El ser humano es la mayor amenaza para estos animales. Los manatíes son animales muy lentos y carentes de agresividad, esto los hace presa fácil de los cazadores.
Actualmente el número de muertes, naturales, accidentales y ocasionadas por el hombre es mayor que el número de nacimientos. La población de Manatíes se estima en solo 2.600 individuos.
La distribución del manatí en México está limitada al Sureste y abarca las zonas costeras del Golfo, desde Veracruz hasta Chetumal. Además, vive también en ríos, lagunas, esteros y cenotes. La especie de manatí que se encuentra en esta región es la única capaz de sobrevivir tanto en ambientes de agua dulce, de agua salada y marinos.